viernes, 4 de agosto de 2017

Juan Rojas


Juan Rojas




Juan Rojas, cual fantasma matricial de la obra que lo construye y deconstruye, es un ser transparente como su obra, metafórico como su lenguaje, manifiesto inequívoco de una sensibilidad meta-artística. Su hiperatmósfera comenzó en Cuautitlán, Estado de México, en donde dialécticamente solitario en medio de la multitud, en el aislamiento voluntario se mimetisa con objetos magnéticos y mecánicos, siempre en busca de fusiones eclécticas. Éstas se manifiestan únicas frente a la naturaleza que tocan y convierten en reencuentros geométricos orgánicos. Su escultura tiene vida, respira, se mueve entre las miradas y el tacto: levita.

Se infiltra en el meditar constante para robarle sonido al viento y justificar la pérdida de razones, el arte es simple en sus suspiros, se manifiesta fortalecido y convincente, hasta en los mínimos desatares de revoluciones virtuales y electrónicas


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